De repente me llega una noticia
que estimo positiva, pero viene
con un recochineo y un orgullo
que no sé si alegrarme o enfadarme.
Pues hay los que compiten, y los pobres
se estiman superiores pues tu dejas
que pasen adelante y sin embargo,
provocan sentimientos encontrados
por mucho que te esfuerces en quererlos,
pues van a a emponzoñar por donde pasen
y por mucho que intentes contenerte
vas a acabar tragándote el veneno,
y todo por guardarte
de decir sinceramente lo que piensas:
¿Te crees mejor que nadie, camarada?
Pues por mí que se vayan...
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