martes, 22 de diciembre de 2015

Alguien

¿Más alto? ¿Más fuerte?

¿Más listo?

¿Pero tú, qué eres más que alguien?



¿Qué es lo que ha alimentado a tu soberbia
hasta convertirla
en ese monstruo descontrolado
poseedor de la verdad,
defensor de su discurso
pese a todo?


¡Y qué humanos todos
que te siguen en el éxito, radiantes
aquellos que te ignoraban
y contra quienes conjurabas
en los fríos recreos de tu fría niñez!


Porque en tu vida llovía,
no hay más que verte,
y encerrado en el baño buscabas
el vano consuelo de un beso fugaz,
de un beso fugaz que nunca vino,
y ahora los tienes

y aunque quieres convencerte de que son tuyos
sabes que son sólo de la idea que tienen de ti...


de la idea que muestras de ti.


¿Por qué crees que eres más que alguien?

¿Qué mérito adorna tu pecho
además del discurso copiado,
además del mandato acatado?


¿De verdad crees en ti de ese modo?
¿No has pensado, tal vez, que un abismo
puede haber en la noche serena
y que caigas llevando contigo a los tuyos
contemplando tal vez arrobados
la belleza candente de la luna llena?


¿Por qué sabes que eres más que alguien?

¿Quién te ha dicho que has logrado algo?
¿Y quién que ese algo es más que otro algo?

¿Es mediocre el lugar que ocupabas?
¿Quién te dio la bandera que ondeas?

Sólo espero que triunfes en algo,
que tu esfuerzo no sea un fracaso
que no tenga que ver más cenizas y que,
desde el patio,
sólo se oigan de niños las risas.


No te creas caudillo, Quijote,
que sin Sancho no llegas a nada
y recuerda que tus posaderas
en el viejo rocín Rocinante
cada día se vuelven más viejas.

¿Por qué intuyes que eres más que alguien?

domingo, 20 de diciembre de 2015

Adviento

Escucho un soniquete navideño
comercial, algo vano, muy ligero.

Los comercios abiertos en domingo:
la crisis ha pasado, ya hay dinero
que gastar en regalos de niños.


Y en un lugar lejano, oriente medio,
se celebra que un niño muy pequeño
ha cumplido sus sueños y ha comido:
Qué fortuna, qué suerte, que tremendo;
hay algo en la cocina que ha llegado
porque aquí en occidente ha habido alguien
que ha pensado "qué poco es necesario
para sentir que he hecho algo solidario";
ha mandado dinero a unos amigos
y éstos, a su vez, lo han repartido.

Así es la Navidad, o debe serlo:
Recordar que el pesebre es ahora un trono
que el niño dio su vida por nosotros
que no es todo un icono, que es un hecho
y que todos tenemos que ser buenos.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Zambombá.

Un acorde resuena
y el soleado mediodía
despierta con una caja
que da ritmo al villancico.


Zambombá,
de sonrisas y niños anhelantes,
de turrones, de berza y pescaíto;
el Norte me reclama
y mi particular tierra de invierno
gime lejos de mí.



Llevo la espada,
aquella que me dieron como prenda.
Yo no puedo elegir
pues ya he elegido:


Ahora ya soy quien soy,
azul por dentro,
como es azul la tela de mi prenda.



Ya no puedo volver
pues será otro
distinto al que se fue...

melancolía
                                                              
                                                                 qué extraña suena ahora;


yo sigo oliendo el musgo
y aun escucho
la canción sempiterna de la lluvia.



No sé si volveré
no sé si es tarde
no se si sera nunca, u otro ahora.



Resuena una guitarra un poco mora
empieza un villancico
ya me he ido
no se si volveré,
si mi camino
llevará a septentrión
o hasta el olvido.

sábado, 12 de diciembre de 2015

La rama cortada

Me pides recordar un mediodía
de un tardío verano o pronto otoño
una tarde de luz y de desgracia
en una encorsetada y fija  forma.

No recuerdo a Mariano en cuatro versos
ni en catorce ni en mil
pues lo recuerdo
de un modo entre informal y divertido
recuerdo que horas antes en Amboage
le reñí porque no había estado en casa
y creo que es el único de todos
que no me ha visitado hasta la fecha.

Cuando suena el teléfono me muero
y nace otra persona más serena;
se paran tantas vidas al instante
que nació un árbol nuevo
de la rama cortada abruptamente.

Ahora como si esquejes replantados
han nacido otros árboles frondosos
no todos te recuerdan, tío Mariano
pero todos sabemos que eras bueno,
que tus hijos lo son y que tu santa,
aunque de nombre incierto y algo falso,
son reflejo de un ser maravilloso,
de un buen hijo, buen padre y buen hermano
algo torpe y feliz que con sus hechos
nos legó un impagable testamento
que es tener un ejemplo permanente
y una ausencia feliz
una vanguardia
un faro en este mundo tan difícil
un santo allá en el Cielo, y en la mente
un ser maravilloso, irrepetible
un recuerdo feliz
de un mundo sano
de abrazos, de ternura y de sonrisas
y de un suspiro breve, de una prisa
por vivir y cumplir con lo ordenado.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Ladrón

Cuando invitas a un amigo
con dinero de la empresa;
 
Cuando usas los papeles
el teléfono, la mesa,
y sostienes que es que es gratis
no puedes tener perdón:
Sólo eres un ladrón.
 
Cuando dices "no es de nadie" o "esto es gratis
y confundes lo que es público
con lo que sería un hayazgo
en el fondo tu conciencia necesita del perdón;
solo eres una cosa:
 
Un ladrón.
 
Un ladrón que aprovecha los impuestos
que no paga porque otros pagarán;
un ladrón que repite una salmodia
en primera persona del plural.
 
Un ladrón
 
un ladrón
 
un ladrón
 
Una estafa sin condena ni perdón
que pretende convencernos
de que es que en negro es mejor,
que mejor no declararlo, por favor.
 
Y después aullarás amargamente,
y en el bar negarás la mayor:
¡Que desastre de servicio,
que pocos médicos hay,
ni dan folios en el cole
y cobran la luz del sol.
 
Pero luego a tu primo recomiendas
y buscas la mejor colocación
sin saber ni la "o" con un canuto...
 
Un ladrón
 
un ladrón
 
 
un ladrón.

lunes, 2 de noviembre de 2015

En el día de Difuntos.

No voy a hablar de modas,
de lo que se hace ahora,
porque nada en el mundo
ocupa un algo lleno.

Hubo un tiempo atrás en que el Tenorio
ocupaba las tablas cuando vísperas;
moría doña Inés y emocionaba,
daba miedo y hacía que pensaras
en lo que ha de venir en el futuro.

Hubo una época de huesos de santo,
de buñuelos, visita a cementerios,
de flores y recuerdos, de frases recogidas
al calor de algún fuego.

Hubo un mundo de abuelos
con fotos de luto con su franja negra;
hubo un tiempo de respeto y temor,
y ya se ha ido.

¿Acto de contrición? ¿Penas eternas?
¿Tener la incertidumbre si las ánimas
descansan o si penan?

Cambiamos las costumbres,
o más bien las dejamos,
y llegaron de lejos otras fiestas
que no quieren saber -creer- la muerte,
por eso incineramos y esparcimos:
¿Quién quiere visitar un camposanto?
¿Quién quiere recordar o ser consciente
del paso temporal que nos espera?
¿Quién quiere recordar
lo que hay ahí fuera?

¿Quién sabe si ese tiempo del que escribo
no volverá jamás?
Los tiempos idos,
suelen ser reticentes al regreso.
Pienso, por eso
que tal vez sea mejor un tiempo nuevo;
un tiempo sin tenorios ni buñuelos,
sin flores, cementerios, sin abuelos...

Y el tiempo llegará, yo no sé cuando,
y puesto en el tapete lo que fuimos
tendremos que decir: Fueron los otros,
trayendo tradiciones irlandesas
de allende los océanos,
sin querer ser conscientes que lo nuestro
solo es propio deber, no de foráneos,
y que nunca entrarían mascaritas
si no hubiéramos cambiado a un ser extraño.

Levántate,a tus hijos cuenta todo:
Un día has de morir, no será tarde
y no has de tener miedo, prepararte
es tu única labor y cuando llegue
en tu zurrón el peso de la vida,
con penas, con tristeza, con pesares...
pero también feliz, y al fin vivida.

viernes, 23 de octubre de 2015

Hogar

Una media en el suelo
y otra prenda, arrugada
dan cuenta de la vida que transcurre
en la alcoba que reina entre los muros
de una casa con vida,
con los suyos.


Un juguete tirado
una pared pintada por la mano
inocente de un niño que no sabe.

La alegría del ruido
y el silencio...

después del Padrenuestro.


No me gusta, no quiero, siempre verlo
estudia, no te esfuerzas
quiero de eso
¿Por qué ella de primera...?


Un día te despiertas y han crecido
la carne ya no es tersa y ese ruido
se ha apagado
y no hay nada
y hay un eco
que puede verse sólo interrumpido
por que vuelvan los niños y el sonido
del amor de un hogar.

Hoy he tenido
un sueño de futuro que adelanta
lo que está por venir
y que levanta
añoranzas futuras aun inciertas:
¿Cómo será mi hogar cuando desiertas
las estancias devuelvan las pisadas
y escuche a los vecinos más que a ella?


¿Faltarás algún día? ¿Estaré solo?
¿Se fugarán los pasos y los gritos?
¿El silencio nocturno que semeja
el fin de un temporal es mi destino?



Tal vez pase, no sé, puede, quién sabe;
pero aun suena la eterna cantinela
¿Qué es la constelación?
¿Por qué la luna...?
¡Yo no quiero, Mamá, que no está buena!

sábado, 10 de octubre de 2015

Lo nuestro.

Se me ocurre que el sol en la salina
refleja intensamente la pereza
y también al amor, que es como empieza.
 
El sabor, ese brillo, los olores
entre salado y ocre, la dulzura
ese raro fulgor, esa locura,
ese rosa flamenco, la ternura
de su suave ondular en el paisaje...
 
Se me ocurre que el mar, un día de playa,
es distinto en verano que en invierno,
pero es también amor en su concepto:
Un día abarrotado, multitudes y gritos,
desnudez sin cubrir, disimulada
tan solo por harapos coloridos
que no son sino parches adheridos
a la oferta de un cuerpo enardecido...
pero hay días de invierno soleados,
y también los hay grises y gloriosos,
y tender una mano en un bolsillo
escuchando el silencio de las olas
que es murmullo secreto, que perdonas
porque al cabo de un tiempo ya ni existe
porque de tanto oírlo es parte de uno.
 
Se me ocurre que el bosque es como un cuento,
en el que dos personas se conocen,
con árboles, senderos, con sus ramas,
con sus frutos eternos, con sus armas.
Porque entras en él y ya es distinto
que aquella última vez en que dejaste
que tus pasos vagaran sin camino.
 
Se me ocurre, mi amor, que lo eres todo,
que ya sólo tenerte me hace otro,
que ya no soy más yo, que soy nosotros,
que no importa que sea día o noche,
que ni mar ni montaña ni meseta
que todo está en nosotros y en las manos
que tan ´solo al unirse nos consuelan.

viernes, 9 de octubre de 2015

Anhelo

¿Por qué es todo tan difícil?
¿Acaso nadie es consciente
De lo fácil que es lo fácil
Si se busca alegremente?

¿A qué viene esta miseria
De moral que nos aqueja?
¿Es que no se han dado cuenta
Del valor de la belleza?

¿Por qué buscamos dinero?
¿Es que nadie quiere ver
Que es aun más importante
Ser tú mismo que tener?

¿Es que nunca cambiaremos?
¿Seguiremos anhelando
Poseer lo innecesario
Y no seguir avanzando?
 
 
¡Quítame, Dios, lo superfluo!
¡No lo quiero! Dame algo
Que o me haga mejor persona,
O que me impulse a intentarlo.

Ayúdame a abrir un libro,
Déjame salir al campo
Y seguir con mi familia
El sendero de los sabios.

Y por favor, no permitas
Que la basura me llene.
Y enséñame que es más hombre
El que quiere que el que tiene.
 
Publicado en Lluvia Fina el 16 de Abril de 2013.

martes, 22 de septiembre de 2015

Interrupciones.

Hay días que, de repente
un meteorito
interrumpe la calma que enternece
el brillo de una tarde de fines de verano;
a veces importante en sus efectos,
a veces importante en los motivos:
tu estás haciendo algo y te interrumpe
una frase, un secreto, una llamada...
un algo que interrumpe y que mutila
la tierna mansedumbre, la molicie,
el cálido y sereno abrazo que la vida dispensa.

Hoy rememoro un día en que una vida
se apartó de este mundo y a la casa
del Padre retornó, y una pedrada
ha roto los cristales de la casa
en la que me he empeñado en alojarme.

Tal vez será mejor que dé la vuelta,
que avance hacia otro sitio o que el sendero
seguro entre las sombras abandone.
Tal vez salir al sol produzca miedo,
puede que me deslumbren cegadores
los rayos de la vida,
pero es que oír a un cuervo no me asusta:
Una mota de polvo en el desierto
no me va amedrentar y me prometo
a mí mismo que hoy soy una cosa
después seré mejor y más maduro
y que tras cada golpe que reciba
seré un ser más perfecto, no más duro.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Búsqueda

Yo te pido Señor: Dame humildad
Que mis letras no quieran lucimiento,
Que busquen la verdad.
Yo te pido que acalles mi soberbia
¿Qué importa que me lean
O valoren?
Aquello que me han dado lo devuelvo
No es mío
Y en tiempos venideros
No quiero que nadie exija cuentas,
Sólo quiero vocablos verdaderos
Y que si por ventura le aprovecha
A alguno que me lea
Que nadie lo agradezca
Porque mi vanidad ya está servida
Por muy pocos que acudan a mis letras.

Publicado en Lluvia fina el 12 de Abril de 2013.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Monfero.

Dicen que los franceses mataron a tus monjes,
Quizá fueran tan fieros como han sido tus tierras,
Quizá tan indomable como suena tu nombre.
Cuentan que fuiste rico en tierras y señoríos.
Desde luego eres grande, aunque estés abatido.

Dicen que las visitas han desaparecido.
No es raro pues tus piedras aun dan escalofríos.
He leído una historia de los frailes quemados
En uno de tus claustros, antes crucificados
Malditos y humillados.
El pueblo liberado
Obligado a observarlo ¡Gloria al emperador!
¡La justicia ha llegado!
Pero los campesinos observan demudados
Y prefieren el yugo a vagar por los campos
Detrás de los gabachos. Nunca fueron esclavos
Y aunque pobres, honestos, hacían su trabajo.
Se quedaban sin trigo, se quedaban sin grano
Pero nunca mordieron y aceptaron la mano
Que el Cielo prometía ¿Qué son esas promesas
Del innoble soldado
Que ha matado a un anciano sin bajar del caballo
Y ha gritado a sus hombres “al monje ese enterrarlo”?
Ahora han vuelto los lobos y el bosque está sanando.
El pueblo ha renacido, las cosas van pasando
Despacio, poco a poco, serenas, paseniño.
Mas ¿Visitan tus piedras, recorren tus caminos
Las familias enteras con los padres y niños?
Me han contado con un guarda ha encontrado a un venado
Que los lobos mordían, y que huía asustado.
Me han contado que un búho en tu techo ha anidado
Y que el hueco de un roble a un azor ha alojado.
Y me alegro de ello, quién podría no hacerlo,
Pero más feliz fuera si volvieran a hacerlo
Los pastores, herreros, campesinos, queseros
Que poblaron tus tierras
Que poblaron Monfero.


Publicada en Lluvia Fina el 11 de Abril de 2013.

martes, 23 de junio de 2015

Magdalena

La vieja Magdalena está dormida
Y a la espera de que alguien le despierte.
Está harta de promesas:
¡Sus amantes la engañan tantas veces!
Las promesas de algunos de vestirla de oro
Otros que le aseguran “nos gusta cómo eres”.
Descreída no espera que ninguno las cumpla,
Que recuerde sus años de belleza serena
Ni oculte las arrugas que le ha dado la vida.

La vieja Magdalena está cansada
¿Vendrá alguien que le cure sus heridas?
Se está quedando sola,
Recibiendo esporádicas visitas
Algunos trovadores han venido a rondarla
Su romántico canto que despide al invierno.
Arranca de sus labios una tenue sonrisa
Pero antes de que llegue el calor de primavera
Las guitarras se guardan, la música se apaga

La vieja Magdalena está algo enferma.
No hay médico que alivie sus dolores
Le aquejan las angustias
No hay socorro que calme sus temores.
Ve zarpar a los barcos y se muere de pena
Se marchita pensando que tal vez ya no vuelva
La belleza pasada que admiraron mil hombres
Y aunque en la primavera la coronen de flores
Sabe que en el verano añorará esos días.

¿Qué futuro te espera, mi señora?
¿Habrá quién reverdezca tus laureles
Y te saque la pena?
¿Será alguien capaz de embellecerte?
Tus vecinos se ausentan con excusas etéreas,
Las visitas comentan “debió de ser muy bella”
Pero nadie te cuida porque nadie se queda
Y tú anhelas silente que te llegue tu hora
Pues no quieres ser vieja, mi bella Magdalena.

Publicado en Lluvia fina el 26 de Marzo de 2013.

lunes, 22 de junio de 2015

En el pinar (III)

Regreso temeroso hacia mi coche
De la luz queda poco,
Aprieto el paso,
Recordando la tarde que he pasado.
“¡Quién tuviera un bastón
O una linterna!”
Escucho de los perros los ladridos
Un relincho, el mugido de una vaca.
Un coche ronronea
¿Será el mío?
No me importa, pues todos mis anhelos
Se centran en volver pronto a mi casa
Aunque no tenga a nadie a quien contarle
La fusión de los pinos con el cielo
Ni la sal confundida en la resina
Ni los golpes de un ave en la corteza
Que acompasan y van marcando el ritmo
De los hombres que corren,
De los niños.
¿Habrá alguien que me entienda?
¿Alguien lo siente?
Sentirlo como un todo ¿es algo mío?
¿Los que corren, los niños, el caballo
Sienten de la naturaleza el equilibrio?
Empieza a oler al fuego de las casas
Que jalonan el bosque.
Un estallido, tal vez alguien en moto.
¡No apaguéis el sonido de las olas!
¡No borréis de los cuervos el graznido!
Escucho una lechuza.
Y un arbusto cercano se remueve
¿Será el sabio tejón? ¿O será un zorro
En busca de una presa?
Un inquieto gruñido me avisa que molesto
Y acelero mis pasos;
“Ya me voy, ya me marcho.
Ya sé que no es mi sitio.
Regreso a la ciudad, a mi rutina
Pero aunque tengo que dejar atrás los pinos
Recordad una cosa:
Este sitio es tan vuestro como mío,
Yo también formo parte del sistema.
Porque yo aquí he llorado y he besado
y he corrido,
He recogido setas, visto ardillas
Y el nido de un azor he conocido
La guarida de un zorro o de un conejo,
Y he recogido moras
Y de plantas y flores he aprendido.
Las zarzas llevan algo de mi sangre
Y algunas piedras me han despellejado
¿Creéis que soy un intruso?
Soy Doniños”

Publicado en Lluvia fina el 10 de Abril de 2013.

domingo, 21 de junio de 2015

En el pinar (II)

Mi vista se acompasa a lo que encuentro.
Primero un caracol, luego una ardilla
Una seta cortada y una piña...
Me desborda el azul que va enmarcando
Las copas murmurantes de los pinos.
Escucho sus quejidos, sus queixumes...
para mí es poesía y me reafirmo:
soy atlántico, del norte, allí he nacido.
En las sombras se mueven diminutos
pobladores que parten a Teixido.
"vai de morto, amigo, vai de morto
ya que antes evitaste el ir de vivo".

Y ya salgo y alcanzo el fin del bosque
Y el castro junto al mar sale a mi encuentro.
Acaricio sus piedras, y me siento.
Se está poniendo el Sol, ahora hace frío.
No siento la humedad porque mis ojos
Solo miran al mar y el fin del mundo
Tal vez ruborizado
Me revela sus cárdenos colores.
La sal empieza al poco a hacerse dueña
Del sabor de mis labios,
Y se mezcla el sabor de la resina,
Y el olor de los toxos“¡Oh, Dios mío!
¿Creaste Tú el pinar? No me santiguo
Pues parece animal
Lo que me embarga.
El sudor, el olor, la sal, el frío
¡Cómo quisiera estar aquí contigo
y no escapar jamás!
El sol se ha puesto.
Tengo que regresar por el camino
Y el pinar que mis pasos ha acogido
Me ha empezado a dar miedo:
Ha oscurecido.

Publicado en Lluvia fina el 8 de Abril de 2013.

sábado, 20 de junio de 2015

En el pinar (I)

He dejado el coche a la vera de los pinos,
La guardia sudorosa controla los caminos.
No se oye un solo coche.
No se oye un solo ruido,
A lo lejos, tal vez una rapaz,
Se oye un graznido.
Un par de enamorados pasean.
Suspiros.
Un hombre coge setas que guarda en una cesta.
De pronto una familia con sus niños:
Ahora se oyen gritos.
Al borde del pinar hay unos prados
Y en ellos se solazan dos caballos,
la madre y su potrillo.
Un niño se decide a molestar.
Se oye un relincho.
Un ave echa a volar con el sonido.

Empiezo a pasear y mis sentidos
parecen retornar, ahora mi oído
puede discriminar:
Una rama a mis pies hace un chasquido,
Se repite a lo lejos, inaudito,
el martillar de un pico pica-pinos.
Y casi silenciado, oigo un chillido.
Me pregunto de quién, quizá un erizo.

Publicado en Lluvia fina el 7 de Abril de 2013.

viernes, 19 de junio de 2015

Ya se elevan los tronos

Ya se elevan los tronos
Y la vieja araucaria los contempla
A su abrigo un sinfín de ferrolanos
En silencio contemplan su belleza.

Ya se mueven los tronos
Y la vieja araucaria los contempla
Los sones de la banda me acompañan
Y unas gotas de lluvia me refrescan.

Ya se aleja otro trono
Y la vieja araucaria lo contempla
El dolor en los hombros se soporta
Y unos pocos estoicos los esperan

Ya se abren los paraguas
Y la vieja araucaria se resigna
Capuchones, cofrades que ya han vuelto
Debajo de sus ramas se cobijan.

Ya se mueven las cruces
Y la vieja araucaria con respeto
Asume la alegría que se oculta
Debajo del humilde capuz negro.

Ya se guardan los tronos
Y la vieja araucaria se sonroja
Por el beso que premia los esfuerzos
Que una novia cambió por una rosa.

Ya no hay capuchones
Y la vieja araucaria aún espera
Que se enciendan de nuevo, que iluminen
El racional trazado con sus velas.

Ya no hay nada en las gradas
Y la vieja araucaria sólo sueña
que el fuego y el martillo no se callen
Y que la Magdalena no se muera.

Publicado en Lluvia Fina el 24 de Marzo de 2013.

jueves, 18 de junio de 2015

Voy a hablar

Voy a hablar de la costa
De esa costa
Con sus rocas y riscos

Con sus olas.

Voy a hablar de las olas
De esas olas
Con su espuma y bramidos

En las rocas.

Voy a hablar de las rocas
De esas rocas
Con percebes y lapas

Y gaviotas.

Voy a hablar de gaviotas.
Mis gaviotas
Con su grito estridente.

Voy a hablar de las olas…
De mis olas

Voy a hablar de mis cosas,

De esas cosas:

De gaviotas, de rocas
Voy a hablar de las olas

Voy a hablar de la costa.


Publicado en Lluvia fina el 22 de Marzo de 2013.




Voy a hablar de la costa
de esa costa;
con sus rocas y riscos,
con sus olas.
Voy a hablar de las olas,
de esas olas.
Con su espuma y bramidos
en las rocas.
Voy a hablar de las rocas,
de esas rocas;
con percebes y lapas,
y gaviotas.
Voy a hablar de gaviotas.
Mis gaviotas
con su grito estridente.
Voy a hablar de las olas…
de mis olas
Voy a hablar de mis cosas,
de esas cosas:
De gaviotas, de rocas
y de espuma y de olas
y conforme me formo
va pasando la vida,


Y el hablar de mi vida
es hablar de los riscos
y al hablar de las rocas
y al hablar de gaviotas...


Voy a hablar de mi alma,
voy a hablar de la costa.
Corregida en Lluvia Fina el 15 de Marzo de 2017

lunes, 15 de junio de 2015

Al Sur de Puertollano.

Al sur de Puertollano
He enterrado a mi amada.
Las leyes lo prohíben
Pero no he dicho nada.
Tal vez una pradera
Acoja sus cenizas
O puede que sus huesos
Aproveche una encina.

Al sur de Puertollano
Más allá de las vías
Del camino de hierro
He heredado una finca.
No sé si antepasado
Conocido o amigo,
Pues quedó en el secreto,
O quizá en el olvido.



Al sur de Puertollano
Yo contemplo mis viñas
Protegidas del viento
Por añosas encinas.
¿Quién beberá mi vino?
¿Buscarás los abrazos
Ya parte del pasado
Por sus viejos caminos?

Al sur de Puertollano
En mi mano un ladrillo
Contemplo el sol ponerse
Apoyado en un pino.
El olor de un naranjo
El sonido de un trino
El balar de una oveja
Y el tiempo detenido.



Publicado en Lluvia fina el 21 de Marzo de 2013.


Al sur de Puertollano
he enterrado a mi amada.
las leyes lo prohíben
pero no he dicho nada.
Tal vez una pradera
acoja sus cenizas
o puede que sus huesos
aproveche una encina.

Al sur de Puertollano
más allá de las vías
del camino de hierro
He heredado una finca.
No sé si antepasado
conocido o amigo,
pues quedó en el secreto,
o quizá en el olvido.

Al sur de Puertollano
yo contemplo mis viñas
mientras surcan el viento
las bellas golondrinas.
¿Si es parte del pasado
qué será de mi vino
mientras busco su abrazo
por el viejo camino?

Al sur de Puertollano
de recuerdo embebido
contemplo el sol ponerse
Apoyado en un pino.
El olor de un naranjo
El sonido de un trino
El balar de una oveja
Y el tiempo detenido.


Corregido en Lluvia Fina, en Ferrol.
13 de Marzo de 2017. 

A mi tierra

A mi tierra le debo
mi carácter incierto,
cierta melancolía
y un espíritu abierto.
Por culpa de mi tierra
el cinismo me pide
ante buenas noticias
que siempre desconfíe.

A mi tierra le debo
un amor por la costa
por el musgo y la piedra
que a mi ser reconforta.
Si critico a las nubes
cuando sueltan sus gotas
sólo es para añorarlas
cuando el calor me agota.

A mi tierra le debo
mi familia y mi gente
tratar de ser honrado
y querer ser decente.
Sus hombres esforzados
han seguido el camino
de algún sabio ilustrado
que ya hace siglos vino.

A mi tierra le debo
mi pasión por el vino:
cuando no había mujeres
era un gran lenitivo.
Los que hicieron los muros
y tallaron sus rocas
cambiaron sus efluvios
por besar una boca.

A mi tierra le debo
gran parte de mí mismo,
si no sería un ingenuo
al borde de un abismo.
Porque aquí desconfíamos
de promesas futuras:
nuestra historia demuestra
que las cosas son duras.

A mi tierra le debo;
a mi tierra me debo
cada vez que me mojo
cada vez que me bebo
el fruto de la tierra
y escucho una rondalla
guardado de la lluvia,
esa que nunca calla.

Publicado en Lluvia fina el 27 de Septiembre de 2013

domingo, 14 de junio de 2015

Culpable.

No tengo ganas,
no siento ganas;
tal vez no necesite tener ganas.

Hoy me solazo en el hastío
de un viento que recorre mis entrañas
como un heraldo de tristeza.

Hace tiempo que no siento una alegría
que no venga del tiempo que ha pasado.

Traiciones declaradas,
insidias,
olvidos voluntarios,
ignominia.

¿Por qué cumplo condena de ostracismo?
¿Qué día deje de ser querido?
¿Qué parte es culpa mía o culpa de otros?

(no dejo de sentir que es mejor no conocerme,
pues luzco más por fuera que por dentro).

Y anhelando la lluvia y la tormenta,
el fuego sobre el mar,
olor a tierra
escapar de la sal y de la guerra...

perfecciono rutinas semanales
sólo rotas por leyes estatales.

¡Qué pena ya no ser el que ha crecido!

¡Que pena ser tan soso y aburrido!

viernes, 22 de mayo de 2015

Cada mañana.

Cada mañana te encuentro,
cada mañana
con tu belleza de niña
cara lavada.

Orgulloso va tu abuelo
que te custodia
protegiendo tu inocencia
de quien las roba.

Cada mañana saluda
del bar el dueño
vigila a los transeúntes
vela sus sueños.

Cada mañana me cruzo
a una belleza
que pasa los cincuenta
y me despereza.

Mirada de experiencia
pero aun coqueta
su sonrisa una ciencia
de la entereza.

Cada mañana me cruzo
la misma gente:
Son muchos los que pasan
alegremente.

Una señora nos mira
tras su ventana
vigila nuestros pasos
cada mañana.

domingo, 3 de mayo de 2015

Ladrillera.

La hija del dramaturgo
lleva sombrero
de colores en verano
y de lana en el invierno.

En una silla de ruedas
la hija del operario
vigila a los transeúntes
y saluda al vecindario.

En la plaza hay dos gitanos
ofreciendo caracoles
a dos cincuenta, señora,
no los encuentra mejores.

Dos caballeros ancianos
discuten de procesiones
que mejor las de la Isla,
las de Sevilla mejores.

Seis niños y una pelota,
dos triciclos, carrilanas...
entre gritos y bullicios
va pasando la mañana.

La hija del dramaturgo
lleva sombrero
hoy lo lleva de lunares,
hoy el día está perfecto.

miércoles, 15 de abril de 2015

De males

Para que quede en el árbol
la fruta sana
levantes soplan.
Para que aguanten los fuertes
allá en  el Norte
la lluvia moja.
Para que sólo las pieles
que resistan no se quemen
el sol aploma.
Para que sólo el valiente
conozca el triunfo en la vida
la muerte asoma.

sábado, 11 de abril de 2015

Entre Córdoba y Madrid.

Entre Córdoba y Madrid hay mil colinas 
nevadas de blanca jara;
en primavera las rosas,
colorean sus espinas.

Entre Córdoba y Madrid hay mil colinas
perfumadas de lavanda,
de cipreses y palmeras,
y de olivos y de viñas.

Entre Córdoba y Madrid hay mil colinas
pintadas de azul y malva,
verde trigo y amapolas,
verdes colinas de vida.

Entre Córdoba y Madrid hay mil colinas
en las que pinos escalan ,
por dehesas y praderas,
y hay polvorientas encinas.

domingo, 22 de marzo de 2015

Pasión.

Traté de ser sereno, y aun lo intento,
pero Dios quiso hacerme apasionado;
por eso controlarme yo quisiera
y solo me lo impido y me lo niego.

Que de ser, disfrutar, hacer amigos,
pelearse, soñar, amar, ser bueno...
sin pararme a pesar las consecuencias
por mi afán de vivir intensamente
he caído más veces que los otros.

Y como siempre al cabo me levanto;
puede ser que la parte que más brille
de todo mi edificio no sea otra
que salir desde el fondo del pantano
y jamás dar ni un paso por perdido.


miércoles, 18 de febrero de 2015

Exhorto.

Sé que en mi mente hay un verso
guardado desde hace tiempo.
Sé que no es un mal poema
y tampoco sé si es bueno.
Tiene que ver con los versos,
con la poesía misma,
pero también con los llantos,
el amor o con las risas.
 
Llevo en mi pecho un orgullo
casi intacto, sin mancilla,
y es que escribo poesía
sin querer fama ni brillo;
yo no busco que el dinero
desborde por mi ventana,
pero sí que al menos uno
de los versos de mi pluma
perduren hasta un mañana
aun envuelto entre las brumas.
 
Porque no hay sin vanidad
quien escriba en consonante:
Todos queremos un premio
por desplegar nuestras artes,
y pecamos de inmodestia
cuando ante un bello soneto
nos decimos "no es tan bueno,
yo los he ecrito mejores"
ignorando que de horrores
de ripios y pareados
han nacido mil hogueras
y se han limpiado fogones.
 
Porque esto es así: No puedes
pretender que sin esfuerzo
describas en veinte versos
lo que en mil años se ha hecho.
Te sientas en Compostela
y decides orgulloso
que anotando a vuelapluma 
vas a describir la piedra
con su alma y con su esencia...
y despues vienen los llantos
porque la piedras es eterna
y se han dicho tantas cosas
y verdades sobre ella
que para glosar su historia
sin que el verso desmerezca
necesitas mucho tiempo,
mucho tiempo y mucha ciencia.
 
Y por eso estoy seguro:
Sé que en mi mente hay un verso
y sé que aun está llegando,
sólo espero que sea bueno.

jueves, 12 de febrero de 2015

Catorce años

El agua de la ducha reconforta
una fría mañana donostiarra.
No me deja escuchar, pero parece
que se escucha un lamento, como un llanto,
que acallan el fragor que me despierta.

Con sólo una toalla me dirijo
al ínfimo despacho que es mi cuarto;
las miradas me siguen y los ojos
llorosos de una pobre limpiadora
me anticipan la nueva aterradora.

-"Han matado a Ramón".
"-¿Qué está pasando?
He quedado con el, una receta..."
incrédulo, embobado, como absorto,
me enfrento a una verdad tan cruel y enferma:
-"Han volado su coche, fue la ETA."

Me visto como puedo, como algo
y atiendo unas llamadas de la prensa;
-Tenemos que ir al barrio con la viuda.
Asiento y me dirijo hacia el cadalso:
Su cuerpo está esparcido
y hasta un cuarto
han llegado los restos de su brazo.

El cadáver se mezcla con los restos,
amasijo de hierros retorcidos,
de esa vieja chatarra que tenía
que con puntualidad lo transportaba
al trabajo a las seis todos los días.

Y esa tumba que fue ese coche blanco,
lo fue por ser puntual: De madrugada
se subía en el coche como siempre,
en el mismo lugar, la misma hora;
y el cobarde que puso ese artefacto
que destrozó a mi amigo en mil pedazos
lo debió de ver claro, la alimaña,
y ese tipo flacucho y malasangre,
que siempre discutía a todo el mundo,
escéptico y gruñón y buena cosa
se convirtió en mi alma en un recuerdo
que ahora se difumina en mi memoria.

Ya no vas a enseñarme esa receta,
ya no vas a comprarme esas alubias,
no vamos a fumar entre fogones
y no compartiremos desayuno.

Hace catorce años ya de aquello,
y nada se ha arreglado desde entonces;
nunca se investigó tu asesinato,
daños colaterales, lo llamaron.

Y quieren convencernos, malnacidos
de que no pasa nada, que ya es hora
de que reconozcamos que fue duro
también para el verdugo, los muy asnos.

Pero yo sé que no, que por mil años
que viva yo jamás podré olvidarlo
no sé si perdonar será posible
no sé si un día acabará esta guerra,
no se si volverá la valentía
y se alzará la voz contra la pena,
pero sé que cuando te quitan algo
que tú tienes, y quieres y que aprecias
no piensas que jamás llegará el día
en que querrás cerrar algunas puertas.

Descansa donde estés, amigo mío;
yo ahora estoy ya lejos de esa tierra,
de esa calle difusa en mi cabeza
de ese olor que regresa eternamente.
Hay veces que el recuerdo se diluye,
hay veces que regresa con más fuerza,
y hay veces que te veo en las noticias
o en la red, o en listados de tragedias.

Pero no será en vano, no lo temas:
Un día ganaremos los valientes,
los decentes y honestos que pensamos
que matar escondido es vergonzoso
que abusar es dejar de ser humano
y que Dios ha de estar de nuestra parte
pues tratamos al mundo como hermanos.