jueves, 7 de agosto de 2014

Gracias.

Qué difícil es ya seguir con esto,
que esfuerzo más ingrato el realizado:
Cada día son menos los asiduos
a estas míseras rimas que he forzado.
Mi sueño -publicarlas- aparcado:
Si es gratis y no acuden los lectores
a mi amable llamada... ¿Qué pretendo?
¿Qué paguen por leerme en un panfleto
de no menos... no sé, de veinte euros?
Pero debo seguir, pues fue mi anhelo
pervivir por las letras y ya es tarde
para aquellos lectores que me siguen
si les digo que paro, que abandono
porque mi voluntad así lo pide.
Y es que ni esto ni nada: Este era el trato;
vosotros me leías en silencio
y yo no os exigía nada a cambio...
si acaso un comentario o un halago,
el reconocimiento o un "comparto",
que al final no llegó. Así de ingrato
es el ser escritor en estos tiempos
porque antes no era igual...
                                                                                     Porque hace tiempo...
porque si Garcilaso aun hoy viviera...
                                                                                                       Perdón: Estoy pensando,
que no puedo quejarme de mi suerte,
sino daros las gracias por lo asiduo
de vuestro deambular por estas letras;
tan sólo una visita ya haría eterna
la acción beneficiosa del asunto.

Si escribo aquí en España y en el mundo
a miles de kilómetros de casa
me siguen unos cuantos sufridores
tan solo puedo hacer algo debido:
Deciros que si os llamo mis lectores
me siento, mis señoras y señores,
orgulloso, feliz y muy honrado
de pensar que teniendo muy mejores
ocupaciones como alternativa
paséis algo de tiempo en mis palabras,
y yo ya os lo agradezco de por vida.

sábado, 2 de agosto de 2014

Sudor.

Difícil, extendido por mi cuerpo
un líquido salado y acre brota
pegajosa humedad que condiciona
la mínima intención de movimiento.
¡Qué molesto el sudor cuando estás quieto
añorando el frescor de otros momentos
en que sólo pensabas que la lluvia
era la cara amarga del invierno!