miércoles, 22 de octubre de 2014

De sal y polvo

De sal y polvo,
de sudor y de pena es el camino;
de derrotas, avances, tropezones
y de algún paso atrás, amargo cáliz.
Por eso es triste ver a alguien que baje
tan incierto el futuro es en los lindes.

sábado, 18 de octubre de 2014

De mañana

En un cable en mi calle hay colgado de un pájaro un nido
desde allí siempre asoma orgulloso ese macho que pía;
Un gorrión carbonero que dice orgulloso "soy padre"
al que nadie hace caso en la calle.
 
Una madre aun dormida con su hijo prendido del brazo
se dirigen despacio a la escuela en la que ella lo deja
un frutero se cruza y la mira de arriba hasta abajo
suena el claxon de un coche en la acera.
 
Y ese hombre que siempre me cruzo y que nunca saluda
y esa chica coqueta que siempre se yergue a mi paso
y el del bar de la esquina que está colocando las mesas
me acompañan de nuevo en mi ruta.
 
 
 


martes, 7 de octubre de 2014

Cuarto de luna creciente

El viento de Levante
y un cuarto de luna creciente
me tuvieron despierto pensando que ya no soy tuyo.
¡Qué pena más grande!
Egoísmos que siempre se enfrentan
que lo mío es mejor y lo tuyo no importa, seguro.
Y tú respirando
soñando seguro con algo
que a mí no me implica y tampoco me importa.
La luna menguante
y un frío Poniente que venga
puede ser que se lleven lo nuestro y que ya nunca vuelva.

sábado, 4 de octubre de 2014

Mente en blanco

Un pasto de verde fosforescente,
una nube anaranjada en el ocaso,
las primeras estrellas en el cielo.
No me gusta este tiempo en el que vivo,
cargado de egoísmos, de torpeza,
y de falsas certezas.
Y ahora que dicen que los hombres ya sabemos leer
Yo me pregunto, atónito ¿De que nos sirve
si somos incapaces de entender lo leído?
Nos muestran un anzuelo con un cebo
y lo mordemos,
creyéndo que hemos dado con la clave,
sintiéndonos eternos.
Después llega el momento, se repite
un drama de gigantes proporciones
y vemos en las cárceles a amigos
por no ser lo que deben,
y llevamos un exiguo ramillete
a la fosa en que reposan las cenizas
de nuestros allegados.
Pero no lo temimos: Nunca vemos
al más fiero caballo de los cuatro jinetes:
La guerra ya ha llegado y hay traidores,
también hay enemigos,
y hay espías...
nosotros lo negamos: Qué disgusto
perderse el gran partido de mi equipo,
los pechos de una actriz venida a menos,
las copas de los viernes...
Cuando estemos atados a este mundo
con la cadena al cuello de la guerra,
sin mayor libertad que un pajarillo
metido en una jaula,
entonces pensaremos que de acuerdo,
que hay sables levantados;
confundimos su ruido con bravatas...
y nos equivocamos.