jueves, 15 de marzo de 2018

Breamo

Se oculta tu figura entre la niebla
y aunque a ratos parece que insinúas,
el cielo oculta al mundo del santuario
de Lug donde los druidas dominaban
 desde un tiempo ya arcano de penumbras.


Te escondes como un viejo relicario
y yo fijo en tu seno mi mirada,
buscando el esplendor de una escondida
-entre brumas y orballos- primavera
de añoranzas, misterios y de vida.

No veo tras la lluvia el lar sagrado
y la tierra de Andrade está velada:
Protege tu pudor una cortina
cual  los condes descansan en la tierra
tras siglos de tristezas y penuria.

Hoy las piedras mojadas entre ellas
secretos milenarios se murmuran,
y que siempre has estado vigilando
y no saben, montaña, que ya estabas
e incluso antes que el mal ya habías llegado.


Necesito que lleguen ya los rayos
del astro protector a tus laderas.
No te veo, Breamo, y no me turba,
para mí tu silueta es mi pasado.


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