miércoles, 4 de septiembre de 2013

Te coge trabajando

Y me pregunto de pronto:

¿Donde viven los versos?
¿Nacen de repente o estaban dentro?

Te recuerdo, hermosa, preparando tu boda
tan pura, ilusionada, tan joven, tan osada...

¿Vive una escultura en el tronco de un árbol?
¿Espera tal vez a salir de la madera?
¿O vive en las manos y en la mente del escultor?

¿Qué es el amor, ofrenda o egoísmo?
¿Queremos porque nos hace más felices
o somos más felices porque queremos?

Me pregunto que pasa si alguien tiene una idea
y no sabe escribirla, cocinarla, pintarla
si no sabe esculpirla, reflejarla, mostrarla.

En mi mene hay un cuadro de unos hombres de blanco
que luchan contra el negro
mientras el sol se esconde. 

¿Un trozo de granito es una estatua
esperando el cincel que la modele?

Tal vez sé la respuesta y me incomoda...
¿Osaré responderme?

La luna de mi infancia era más grande

                                                                                         y mis sueños.

Una hoja en blanco, la pantalla
mis dedos con la pluma o un teclado.
Si muero de repente se morirán mis versos
¿Cuando se acaban?
¿Cuando alguien deje de leerlos?

Tu primera caricia aun habita en mi piel
me curó de mis penas, me hizo bien.


Si algún día las musas me abandonan y esto
me olvidé de escribirlo
¿Acaso habrá existido? ¿Existirá el poeta?
¿Trascenderán sus letras a su pobre existencia?

Una calle me espera porque voy a buscarte
... la lluvia y su presencia: Tú llegas siempre tarde.
Pero es parte del trato: Te prometo esperarte.

No lo cuentes, tranquilo ¡Qué inquietud más humana!
¿Les agrada? ¿Me aprecian?
¿Si lo vendo me pagan?

Jamás un verso puro
de la mente de un hombre ha salido.

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