El viento de Levante
y un cuarto de luna creciente
me tuvieron despierto pensando que ya no soy tuyo.
¡Qué pena más grande!
Egoísmos que siempre se enfrentan
que lo mío es mejor y lo tuyo no importa, seguro.
Y tú respirando
soñando seguro con algo
que a mí no me implica y tampoco me importa.
La luna menguante
y un frío Poniente que venga
puede ser que se lleven lo nuestro y que ya nunca vuelva.
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