domingo, 14 de junio de 2015

Culpable.

No tengo ganas,
no siento ganas;
tal vez no necesite tener ganas.

Hoy me solazo en el hastío
de un viento que recorre mis entrañas
como un heraldo de tristeza.

Hace tiempo que no siento una alegría
que no venga del tiempo que ha pasado.

Traiciones declaradas,
insidias,
olvidos voluntarios,
ignominia.

¿Por qué cumplo condena de ostracismo?
¿Qué día deje de ser querido?
¿Qué parte es culpa mía o culpa de otros?

(no dejo de sentir que es mejor no conocerme,
pues luzco más por fuera que por dentro).

Y anhelando la lluvia y la tormenta,
el fuego sobre el mar,
olor a tierra
escapar de la sal y de la guerra...

perfecciono rutinas semanales
sólo rotas por leyes estatales.

¡Qué pena ya no ser el que ha crecido!

¡Que pena ser tan soso y aburrido!

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