Necesito
saber si soy poeta o si me vendo
por el halago efímero de un placet
de aquellos que a mis versos
aprueban con un gesto.
Demostrarme,
ser el yo que buscaba en mis anhelos
¿Esto que hago está bien? ¿Lo necesito?
¿Desvelaré al poeta, a la persona
y el vínculo dará forma a las letras?
¿Poner cara,
y ser protagonista de lo escrito
barnizarme de gloria con algunos
imperiales en crítica, teólogos
de pintura, de versos o de viandas
o incluso del vestir o de la cama?
Sujetarme,
a una crítica etérea y compasiva
heterogeneidad de pensamiento
unánime, no obstante, en su lasciva
avidez de creer que es conocida
la figura que en manos del poeta
un verso o un poema al fin motiva.
Imprudencia,
porque ese es mi apellido al fin y al cabo.
¡Yo no quiero ser alguien,
necesito
que a mi verso lo traten sin mi cara,
y aun si nadie me lee...
no pasa nada.
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