domingo, 19 de febrero de 2017

Domingo

Domingo.
Esperando un repique de campana
disfruto de los ruidos mañaneros,
de un ave en mi ventana
mientras un leve rayo perezoso
atraviesa las nubes y me llama.

Domingo.
Recuerdo que de niño
jamás llovió un domingo y que jugaba
en pijama a dormir en otra cama
mientras Mamá nos cosía las botones
y Papá los zapatos nos limpiaba.

Domingo.
Una vez probé un pincho de tortilla:
Vivía yo en un mundo diferente,
ni mejor ni peor, sólo distinto.
Algunos tenían paga
y a otros nos convidaban
precoces marineros del mañana.

Domingo.
No hay día que no recuerde desde entonces
los domingos de niño en esa cama
en que entraban los rayos mañaneros
a través de cortinas y persianas,
de corre niño hay prisa, no llegamos:
niñez despreocupada y niñas guapas.

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