martes, 22 de abril de 2014

Un sueño persistente

Marmórea consistencia de suave luna,
silencioso fragor inesperado,
efluvios inconscientes detectados tan solo
por un rincón oculto de la mente.

Medianoche de gritos contenidos
a través de un opaco cortinaje,
de nubes que desgarran el azul oscuro
y de humedad que seca ciegamente.

Cansancio satisfecho sin prejuicios
y sin remordimientos pasajeros;
Es eterno el sentir pero es etéreo,
y es sublime el fingir eternamente.

Porque nadie sabrá lo que ha pasado:
Se quedará por siempre en la vigilia
silente y entregada de una cama
en la que el tiempo pasa lentamente.

El sonido del mar, de una gaviota
-el molesto graznido se repite-
un claxon a lo lejos y una luces
que invaden nuestra estancia brevemente.

Y allí sigue mi anhelo, allí mi sueño
me visita y se fija en mi cabeza.
Mi sueño repetido no es glorioso:
Es tan vulgar como el de la otra gente.

No lo he de ver cumplido y no me importa,
pero es bello saber adónde vamos:
Tener claro el camino en el futuro,
es tener para el hoy un aliciente.

Y así, siempre soñando con lo mismo
se ha fijado en mi ser y somos uno:
Mi sueño y mi persona ya es lo mismo,
y es igual el futuro que el presente.

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