Reconozco que a propios y hasta a extraños
agrada ser tenidos siempre en cuenta,
y no es menos verdad que ni merecen
el más mínimo instante de mi tiempo.
Y luego les dedico más que instantes,
y encima esfuerzo mi pequeño ingenio
por decirle de un modo saleroso
lo cretino que es a Zapatero,
a Soraya Rodríguez, a Maleni...
y también a Gaspar, a la Esperanza,
a Rajoy, hasta a Beiras...
Mas de pronto...
enmudezco y no encuentro las palabras,
me quedo sin aliento y van dos veces;
primero José Luis y ahora Ana Mato
han pensado en España se trasnocha
y a la cama a las once me han mandado
¿Y yo cómo me quedo?
Anonadado,
pues no puedo decir con lo que rima,
que es como ciertamente me he quedado.
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